A LOS CURSILLISTAS DE LA ARQUIDIÓCESIS DE BUENOS AIRES |
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Carta
del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, a los
Cursillistas de la arquidiócesis (13 de Junio de 2011, Fiesta de María, Madre de la Iglesia) | |
Queridos Cursillistas:
“La buena semilla son los que pertenecen al Reino” (Mt 13,38)
En
la proximidad de la solemnidad de San Pablo, vuestro patrono y modelo
de cómo “vivir de colores” damos gracias a Dios por todos los frutos,
que a lo largo de los años, la Obra de los Cursillos de Cristiandad le
ha brindado generosamente a la Iglesia.
Vuestro
servicio de anunciar a Cristo siendo sus testigos en los ambientes
cotidianos, es vivenciar, renovar en forma concreta el Bautismo que en
El hemos recibido y los convierte en discípulos y misioneros de la
Palabra, según lo expresado en la “Const. de la Iglesia”: “A este
apostolado, todos están llamados por el mismo Señor, en razón del
Bautismo y la Confirmación” (Nº 33).
Les
escribo conciente de las dificultades que presenta la inculturación del
Evangelio en la sociedad actual y en la confianza que vuestra audacia y
fervor apostólico, nacidos del encuentro personal consigo mismo y con
Cristo los lleve a hacer historia, en función del bien, para que muchos
hermanos, excluidos o no, que viven en la periferia se sientan abrazados
por el amor de Jesús.
Ser
peregrinos en nuestra Ciudad significa no instalarnos, estar abiertos a
la vida y prestar atención a lo que pasa en nuestro corazón como un
buen samaritano ante la realidad difícil de tantos hermanos.
Es
necesario que el Movimiento de Cursillos de Cristiandad a través de la
participación de todos, continúe su camino de conversión pastoral como
nos propone Aparecida.
Como
Cursillistas en tiempos difíciles deben pedir a Dios la Gracia de tener
muchos ahijados, de tener siempre un precursillo en marcha, para no
caer en la desesperanza que paraliza y angustia. El regalo del Kerigma
que recibieron en el Cursillo es misionante como propone el trípode
(piedad, estudio y acción).
Como
Iglesia Arquidiocesana necesitamos la unidad de todos en Cristo, para
que El, sólo El reine en nuestros corazones y poder así reconocerlo como
los discípulos en Emaús.
Al
darte gracias por tu peregrinar como cursillista te pido que no dejes
de renovar en Jesús Eucaristía tu ardor y fervor apostólico y el de tus
hermanos de Reunión de Grupo.
Hoy
más que nunca necesitamos que tu cercanía en los ambientes sea luz y
alegría para tantos hermanos que ignoran que Dios es un Padre que los
ama con ternura.
Hoy
más que nunca necesitamos tu presencia para que muchas familias
encuentren en el amor trascendente de Cristo, una nueva y más grande
dimensión del amor humano.
Hoy
más que nunca necesitamos de tu persona y tu testimonio en las
Ultreyas, para seguir “adelante”, más allá, en el anuncio y vivencia del
Kerigma.
Les pido por favor que recen por mí. Que Jesús los bendiga y la Virgen, Madre de la Divina Gracia, los cuide.
Afectuosamente.
Card. Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires
(Publicado por la agencia AICA)
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